La arquitectura de Leon Battista Alberti es un reflejo muy preciso de los ideales artísticos y filosóficos de su época. En su obra teórica y práctica se puede percibir claramente la latencia humanista que marcó a su época. Para lograr este fin, se centró en el estudio minucioso del arte clásico buscando en las ruinas del pasado, el esplendor del presente. Sus diseños giran en torno a lo humano, con las necesidades del hombre como su máxima preocupación. Por esta razón le da tanto valor a la arquitectura; porque es el arte más íntimamente relacionado con las verdaderas necesidades de la sociedad.
Fue un estudioso ferviente del arte clásico. Tenía un conocimiento muy profundo de la filosofía y arquitectura grecorromana, y aplicó sus estudios arqueológicos a sus diseños arquitectónicos con una precisión científica. Este regreso a las formas arquitectónicas romanas se debe a que estas servían como representantes del intermedio necesario entre razón humana y catolicismo en el humanismo, lo cual iba de la mano con sus percepciones religiosas, las cuales unían elementos de la filosofía clásica y pagana con los dogmas cristianos.
Para Alberti es muy importante la armoniosa integración de todos los elementos de la estructura, buscando la correspondencia entre todas las partes de la construcción. La belleza se basa en el