Minamata, al sur de Japón. En los años cincuenta, los habitantes detectan un mal extraño que afecta a los animales y después a los humanos y provoca lesiones neurológicas y malformaciones físicas. El mercurio arrojado al mar por la empresa química Chisso contamina toda la cadena alimenticia. Serán necesarios veinticinco años de lucha encarnizada para que los culpables sean condenados. Aún hoy se llevan a cabo diligencias relacionadas con el pago de las indemnizaciones. Oficialmente, son 14.000 las víctimas del mal de Minamata, de las cuales 1.000 han muerto.